🔥 Resurgir de las Cenizas

“Tú convertiste mi lamento en danza; me quitaste la ropa de luto y me vestiste de alegría.”
— Salmo 30:11
Cuando todo parece estar en tu contra
¿Estás atravesando una etapa en la que sientes que todo se vuelve en tu contra?
¿Has sentido que, en lugar de avanzar, cada paso se vuelve más pesado?
A veces llegamos a ese punto en el que el corazón duele tanto que parece no haber salida. Nos sentimos atrapados en el pozo del sufrimiento, el dolor o la decepción. Humanamente, hay heridas tan profundas que ningún abrazo ni consejo logran sanar.
Pero justo ahí —en el momento más oscuro— comienza la obra poderosa del Espíritu Santo.
Él es especialista en levantar lo que otros dan por perdido, en traer vida donde solo hay ruinas, en transformar las cenizas en belleza.
De las cenizas al propósito
“Y a los que se lamentan en Sión se les dará una corona en vez de cenizas, aceite de alegría en vez de llanto, manto de alabanza en vez de espíritu abatido…”
— Isaías 61:3a
Dios no te creó para permanecer en el suelo.
No te diseñó para vivir en la tristeza ni para quedarte atrapado(a) en lo que perdiste.
Las cenizas no son tu hogar.
Son el lugar donde comienza tu transformación.
El mismo Dios que te permitió atravesar el fuego también te ungirá con aceite nuevo. Él quiere levantarte, restaurarte y llenarte de su gozo. Quiere poner en ti un nuevo cántico, una alabanza que testifique que, aunque pasaste por el polvo, Él te levantó con poder.
Cuando el dolor se convierte en herramienta
Las cenizas del pasado —heridas, culpas, miedos, frustraciones— no son señales de derrota.
Son parte del proceso con el que Dios te moldea para su gloria.
“Levántate, resplandece; porque ha venido tu luz, y la gloria de Jehová ha nacido sobre ti.”
— Isaías 60:1
Quizás lo que arde hoy es el resultado de tus propios errores o de decisiones ajenas, pero el Espíritu Santo puede tomar ese mismo dolor y transformarlo en poder.
Él es el Alfarero que toma los pedazos rotos y los convierte en vasijas llenas de propósito.
Un nuevo amanecer te espera
“El llanto puede durar toda la noche, pero a la mañana vendrá la alegría.”
— Salmo 30:5b
El Dios que levantó a Lázaro, que transformó las lágrimas de Ana en gozo, que restauró a Pedro tras su negación, también quiere escribir un nuevo capítulo en tu historia.
No importa cuán oscuro haya sido el valle. No te resignes. No te detengas.
Permite que el Espíritu Santo transforme tu lamento en danza, te vista de gozo y renueve tus fuerzas.
Porque no hay ceniza tan espesa que pueda apagar el fuego del amor de Dios.
Y cuando Él dice “levántate”, las cenizas se convierten en testimonio.
Oración
Señor,
Hoy me acerco a Ti desde mis cenizas, desde los restos de lo que fui y lo que perdí.
Tú conoces mi corazón, mis heridas, mis noches oscuras y mis silencios más profundos.
Pero también sé que eres el Dios que restaura, el que levanta lo caído, el que convierte el lamento en danza.
Espíritu Santo, sopla sobre mí.
Enciende de nuevo lo que creí apagado.
Dale propósito a mis heridas, sentido a mi espera y vida a mis sueños muertos.
Renueva mi fe, unge mis pasos y hazme resurgir con fuerza y esperanza.
Que cada ceniza se transforme en testimonio de Tu poder.
En el nombre de Jesús,
Amén.

