— Génesis 37:19-20
“Y dijeron el uno al otro: He aquí viene el soñador. Ahora pues, venid, y matémosle y echémosle en una cisterna, y diremos: Alguna mala bestia lo devoró; y veremos qué será de sus sueños.”
En medio de mis profundas reflexiones sobre la vida, me he dado cuenta de algo que cada vez se hace más claro: la vida es un soplo. Llega de repente, y en un abrir y cerrar de ojos, ya se ha ido. La vida, aunque tan preciosa, es frágil y temporal. Tristemente, no somos eternos en esta tierra, y aunque duele aceptar esta realidad, todos llegamos a un punto en el que debemos partir, dejando atrás a nuestros seres queridos, que quedarán sumidos en el dolor y la tristeza de la separación.
José lo vivió. Al compartir con sus hermanos lo que Dios le había mostrado, no encontró apoyo, sino envidia y rechazo. Su propio círculo más cercano se convirtió en la primera barrera entre él y el cumplimiento de ese sueño.
No todos celebran lo que Dios te ha dado
Hay personas que, por su propia falta de visión o heridas no sanadas, no soportarán ver cómo Dios te usa. No es que odien el sueño en sí; lo que les incomoda es que ese sueño haya sido dado a ti. No entenderán que fue Dios quien lo puso en tu corazón, y por eso reaccionarán con crítica, incredulidad o incluso traición.
Pero tú debes estar seguro de lo que Dios te dijo. No necesitas aprobación humana para caminar hacia lo que Él ha diseñado para ti. La validación del cielo es más poderosa que cualquier aplauso o rechazo terrenal.
Hay voces que apagan sueños
El enemigo no siempre aparece como una amenaza evidente. A veces viene en forma de consejos “realistas”, palabras llenas de duda o actitudes que siembran miedo. Hay matadores de sueños disfrazados de lógica, prudencia o amistad, que con sus palabras o acciones buscan frenar tu avance.
“El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.”
— Juan 10:10
Por eso es vital que fortalezcas tu fe y mantengas tus ojos puestos en el dador del sueño, no en quienes intentan anularlo. Si el enemigo logra apagar tu pasión, ya habrá ganado parte de la batalla.
Dios es fiel a lo que promete
El camino no siempre será fácil. Como José, puede que pases por pozos, traiciones, falsas acusaciones y temporadas oscuras. Pero si el sueño viene de Dios, se cumplirá. Él no solo te da el sueño, también te da la gracia para atravesar el proceso necesario para recibirlo.
“Fiel es el que os llama, el cual también lo hará.”
— 1 Tesalonicenses 5:24
No se trata solo de resistir; se trata de avanzar con confianza. Dios nunca te dará un sueño sin prepararte para vivirlo. En cada estación, Él te equipará con lo que necesitas para sostenerlo.
Protege lo que Dios ha puesto en ti
Aprende a discernir con quién compartir lo que Dios ha depositado en tu corazón. No todos están preparados para recibir esa visión. Comparte con personas espirituales, con quienes saben escuchar a Dios, que no competirán contigo sino que orarán contigo. Rodéate de aquellos que no solo creen en ti, sino que también creen en el Dios que te llamó.
Protege lo que Dios ha puesto en ti
“Y después de esto derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones.”
— Joel 2:28
Dios no solo permite soñar, Él anima a hacerlo. Porque soñar con Dios no es fantasía, es visión profética. Es anticiparse al cumplimiento de lo que ya fue establecido en el cielo. No limites lo que Él quiere hacer contigo por miedo al rechazo o a la oposición.
Tu sueño no está en manos de nadie más
Ni tus enemigos, ni tus circunstancias, ni tu pasado tienen el poder de abortar lo que Dios ha dicho sobre ti. Solo tú puedes decidir detenerte. Si eliges seguir, si caminas en obediencia, si confías aun en medio del dolor, verás el cumplimiento del propósito.
Así como José, quizás te llamaron “soñador” para burlarse, pero llegará el día en que serás llamado “gobernador” porque el sueño se cumplió. Mantente firme. Guarda tu fe. Protege tu visión. Y nunca permitas que los matadores de sueños apaguen lo que Dios sembró en ti.
Amén así mismo es.personad que no pueden entender que solo DIOS nos hace brillar.porque siendo de piedras de tropiezo.no van a avanzar.Bendiciones.