Cuando te Acompaña la Gracia

“Entonces Booz dijo a Rut: Oye, hija mía, no vayas a espigar a otro campo… porque yo he mandado a los criados que no te molesten. Y cuando tengas sed, ve a las vasijas, y bebe del agua que sacan los criados.”
— Rut 2:8-9
Gracia en medio del proceso
Rut no solo se quedó con Noemí por amor o compromiso, sino que también eligió obedecer con humildad. Siguiendo las instrucciones de su suegra, fue al campo correcto, al lugar señalado, y allí encontró mucho más que alimento: encontró gracia.
Booz, un hombre justo y temeroso de Dios, no la vio por casualidad. Fue Dios quien dirigió su mirada hacia ella, quien preparó ese momento. Así actúa la gracia: te posiciona, te protege y te promueve.
La obediencia abre puertas
La historia de Rut nos enseña que el propósito se activa cuando decidimos confiar en Dios y obedecer Su dirección, aunque no comprendamos todo desde el principio.
Ella había perdido mucho: su esposo, su hogar, su estabilidad. Pero no se detuvo. Se aferró a la voz que Dios puso a su lado —la de Noemí— y caminó por fe. Y fue allí, en medio del proceso, donde Dios puso gracia sobre ella para abrir las puertas que la llevarían directo al linaje del Mesías.
“Y la gracia de nuestro Señor fue más abundante con la fe y el amor que es en Cristo Jesús.”
— — 1 Timoteo 1:14
¿Te sientes como Rut?
Quizás hoy tú también has perdido algo valioso. Tal vez estás caminando en obediencia, pero aún no ves los frutos. No confundas el silencio con ausencia, ni el proceso con abandono. Dios está obrando, incluso cuando no lo puedes ver.
Recuerda: la gracia no depende de quién eres tú, sino de quién es Él. Y si Dios ha puesto Su mirada sobre ti, no habrá fuerza que pueda impedir su propósito.
“El bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida.”
— Salmo 23:6
La orden ya fue dada
Así como Booz ordenó que Rut no fuera molestada, Dios también ha dado órdenes sobre tu vida. Órdenes de protección, de favor, de provisión. Cuando llegue el tiempo correcto —Su tiempo, no el tuyo— verás con tus propios ojos la manifestación de Su gracia sobre ti.
Confía. La gracia te acompaña, incluso ahora.
“Humíllense, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que Él los exalte a su debido tiempo.”
— 1 Pedro 5:6
Una oración sincera
Señor Jesus,
Gracias por tu gracia, esa que me acompaña incluso en los días más difíciles. Aunque muchas veces no entiendo el proceso, quiero confiar en que Tú estás obrando en cada detalle. Ayúdame a obedecer, aunque no vea el resultado inmediato, y a mantener mi corazón firme en Ti.
Dirige mis pasos, protégeme y hazme encontrar gracia ante quienes deban verme con tus ojos. Que tu voluntad se cumpla en mi vida.
En el nombre de Jesús,
Amén.