El Amor No Es Ciego
Una Frase que Distorsiona el Verdadero Amor
Durante años, hemos escuchado la frase: “El amor es ciego.” Incluso, muchos de nosotros la hemos repetido y creído. Pero cuando reflexionamos sobre la verdadera fuente del amor, que es Dios, nos damos cuenta de que esta afirmación está lejos de ser cierta. Más bien, es una distorsión de lo que el amor realmente significa.
El amor no es ciego porque Dios, quien es la esencia del amor, no es ciego. Él no ignora quiénes somos; nos conoce plenamente, tanto nuestras virtudes como nuestros defectos. Aun así, decidió amarnos. Su amor es tan profundo que entregó a Su único Hijo para restaurar la relación rota por el pecado. Esto no es un amor que ignora la realidad, sino un amor que elige permanecer a pesar de ella.
«Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda, mas tenga vida eterna.»
— Juan 3:16
Un Amor que Ve y Decide Amar
Dios nos conoce profundamente. Él sabe que nuestros corazones están inclinados al mal, que en nosotros hay egoísmo, rencor y engaño. Sin embargo, Su amor permanece inquebrantable. Este es el verdadero significado del amor: no es ciego, es consciente.
El que ama decide hacerlo, aun conociendo las imperfecciones de la otra persona. El amor verdadero no es ingenuo ni ilusorio; ve las faltas, las reconoce, pero elige ser fiel y constante, superando las circunstancias y las limitaciones humanas. Es un amor que se siembra y se cultiva día a día.
Todo Lo Que Es el Amor
El amor, según la Biblia, no se basa en sentimientos momentáneos ni en expectativas humanas, sino en un compromiso sólido y transformador. En 1 Corintios 13, encontramos una definición completa de lo que el amor es y lo que no es:
«El amor no es envidioso ni presumido ni orgulloso. No se comporta con rudeza, no es egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda rencor. El amor no se deleita en la maldad, sino que se regocija con la verdad. Todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor jamás se extingue.»
— 1 Corintios 13:4-8
Este amor no ignora las faltas, las enfrenta con paciencia y gracia. Es un amor que perdona, que confía y que permanece firme. No es un amor ciego, sino un amor que entiende y decide amar cada día.
La Mayor Muestra de Amor
La cruz es el mayor ejemplo de que el amor no es ciego. Jesús, al entregar Su vida, no ignoró nuestros pecados ni nuestras fallas. Él las vio claramente, pero Su amor fue más grande que nuestras transgresiones. En la cruz, el amor tomó forma de sacrificio, mostrando que amar implica entrega, esfuerzo y gracia.
«Pero Dios demuestra su amor por nosotros en esto: en que cuando todavía éramos pecadores, Cristo murió por nosotros.»
— Romanos 5:8
Amar como Dios Ama
El verdadero amor no niega la realidad ni cierra los ojos ante las imperfecciones. Más bien, elige mirar más allá de ellas y trabajar para que crezca algo bueno y duradero. Este amor requiere esfuerzo, compromiso y decisión diaria. Así como un agricultor cultiva la tierra para que dé fruto, el amor también debe cuidarse y trabajarse constantemente.
Hoy, recuerda que el amor no es ciego, pero sí es fiel. No se basa en ilusiones, sino en la verdad, en un compromiso inquebrantable de permanecer y dar fruto. El ejemplo perfecto de este amor es el sacrificio de Jesús en la cruz, quien decidió amarnos sin ignorar nuestras fallas, entregando Su vida para darnos una nueva oportunidad.