El Propósito de Dios Nunca Muere

El Ataque No es Contra Ti, Sino Contra lo Que Portas
«Y dijeron el uno al otro: He aquí viene el soñador. Ahora pues, venid, y matémosle… y veremos qué será de sus sueños.»
— Génesis 37:19-20
El resentimiento de los hermanos de José no era solo por envidia. Era un rechazo profundo al propósito que él representaba. Su presencia era un recordatorio vivo del favor de Dios, y por eso, decidieron eliminarlo.
No era José el problema. Era lo que cargaba dentro: su propósito, su sueño, su llamado.
Cuando alguien quiere silenciarte o borrarte, no es necesariamente por ti, sino por lo que llevas. El enemigo no soporta ver a alguien con propósito avanzar.
Dios Siempre Tiene la Última Palabra
«Rubén dijo: No lo matemos… echadlo en esta cisterna…»
— Génesis 37:21-22
Dios no permitió que José muriera. Y así también será contigo. Cuando parezca que estás al borde del fin, Dios levantará a alguien, o usará cualquier medio para que Su propósito no sea interrumpido.
«Vendámosle a los ismaelitas… y sus hermanos convinieron con él.»
— Génesis 37:27
Lo que el enemigo diseñó como un final, Dios lo usó como un principio. Lo vendieron como esclavo, creyendo que se deshacían de él, pero sin saber que estaban empujándolo directamente hacia su destino.
El Camino al Cumplimiento No Siempre Parece Prometedor
José tuvo experiencias que parecían ser una interrupción de su propósito: traición, pozo, esclavitud. Pero Dios seguía dirigiendo la historia.
«Entonces tomaron ellos la túnica de José, y degollaron un cabrito de las cabras, y tiñeron la túnica con la sangre…»
— Génesis 37:31
Aunque haya planes de muerte contra lo que portas, el propósito de Dios no puede ser enterrado. Lo que Él ha dicho sobre ti, se cumplirá.
La Muerte No Es el Final, Es el Comienzo
El propósito no muere. Ni el pozo, ni la traición, ni el rechazo tienen el poder de destruir lo que Dios ha puesto sobre ti. Porque cuando Dios escribe tu historia, ni la muerte puede borrar Su plan.
El Camino al Cumplimiento No Siempre Parece Prometedor
José tuvo experiencias que parecían interrupciones del propósito: traición, pozo, esclavitud. Pero Dios seguía dirigiendo la historia.
«Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien…»
— Romanos 8:28
Aunque haya planes de muerte contra lo que portas, el propósito de Dios no puede ser enterrado. Lo que Él ha dicho sobre ti, se cumplirá.
El propósito no se detuvo en el pozo… ni se quebró en la cisterna… solo cambió de escenario. Y ahora, Egipto será el terreno donde el soñador se transformará en líder.
¿Creías que habías sido enviado al lugar equivocado? En el próximo blog descubrirás cómo Dios puede usar el lugar de tu esclavitud como el lugar de tu preparación. Egipto no fue el fin para José… fue la escuela que lo forjó como líder.
No te lo pierdas. ¡Lo que parece ser el momento más oscuro puede ser donde Dios más te moldea!