las Circunstancias te Empujan al Propósito

“Y murió Elímelec, marido de Noemí, y quedó ella con sus dos hijos, los cuales tomaron para sí mujeres moabitas; el nombre de una era Orfa, y el nombre de la otra, Rut… Y murieron también los dos, Mahlón y Quelión… Entonces se levantó con sus nueras, y regresó de los campos de Moab; porque oyó… que Jehová había visitado a su pueblo para darles pan.”
— Rut 1:3-6
Cuando todo parece perdido
La historia de Noemí es una de las más conmovedoras de la Biblia. Perdió a su esposo, luego a sus dos hijos, y quedó desamparada en tierra extranjera. Su única compañía eran sus dos nueras, quienes también habían sufrido pérdida.
Es fácil imaginar la desesperanza de Noemí. Su vida había cambiado radicalmente. Su dolor era profundo. Y sin embargo, justo en medio de esa crisis, Dios comenzó a mover las piezas de una historia que marcaría generaciones.
A veces, el dolor nos empuja a movernos
Quizás tú también has vivido una situación que te forzó a cambiar de rumbo: una pérdida, una traición, una transición inesperada. En esos momentos es difícil ver propósito alguno; todo lo que sentimos es dolor y confusión.
Pero hoy quiero decirte algo con certeza: Dios puede usar esa misma circunstancia que te rompió para guiarte hacia el lugar donde Él quiere llevarte. No importa qué tan oscuro parezca el panorama, Él sigue siendo soberano y sabe cómo transformar el quebranto en camino de propósito.
“Muchas son las aflicciones del justo, pero de todas ellas le librará Jehová.”
— Salmo 34:19
Una transición que trae redención
Noemí tal vez solo pensó en huir del dolor, regresar a donde empezó. Pero Dios tenía en mente algo más grande. A través de ese regreso, Rut conocería a Booz, y de esa unión nacería un linaje de redención que culminaría con Jesús, el Salvador.
Lo que parecía una historia de pérdida, Dios la convirtió en una historia de linaje, esperanza y redención eterna.
¿Te imaginas lo que Dios puede hacer contigo cuando parece que todo se ha perdido?
“Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis.”
— Jeremías 29:11
Confía en lo que no puedes ver
Hoy, haz una pausa. Mira más allá del dolor. Tal vez lo que estás viviendo no es el final, sino el impulso necesario que Dios está usando para llevarte justo a donde debes estar.
Recuerda esta verdad:
“El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.”
— Apocalipsis 2:29
Una oración sincera
Señor Jesus,
Gracias porque aun cuando no entiendo lo que estoy viviendo, Tú tienes el control. Hoy reconozco que muchas veces el dolor me ha hecho dudar, pero sé que puedes usarlo para llevarme hacia el propósito que has diseñado para mí. Abre mis ojos para ver más allá de la circunstancia, y mi corazón para confiar en Ti incluso cuando el camino parece incierto.
Sosténme y guíame, porque aunque no vea el destino, quiero caminar contigo.
En el nombre de Jesús,
Amén.