Olor Fragante

Un Aroma Que Habla de Cristo
«Más a Dios gracias, el cual nos lleva siempre en triunfo en Cristo Jesús y, por medio de nosotros, manifiesta en todo lugar el olor de su conocimiento. Porque para Dios somos grato olor de Cristo en los que se salvan y en los que se pierden.»
— 2 Corintios 2:14-15
En el Reino de Dios, nuestras vidas no solo hablan con palabras, también hablan con aroma. Como hijos de Dios, somos llamados a ser un perfume agradable que sube hasta su presencia y se esparce en nuestro entorno, tocando vidas, mostrando luz, y revelando a Cristo.
¿Qué Aroma Está Elevando Tu Vida?
La Biblia compara nuestras vidas con una ofrenda: si está alineada con la voluntad de Dios, sube como olor grato; si está contaminada por el pecado y la indiferencia, entonces nuestro testimonio pierde ese perfume que agrada al Padre.
Muchas veces vivimos como si nuestras acciones no tuvieran consecuencias espirituales. Nos centramos en nosotros mismos, buscamos nuestra comodidad, y olvidamos que fuimos llamados a ser reflejo de Cristo. El mundo nos huele… ¿y qué aroma está percibiendo?
Un Llamado a la Intencionalidad
Vivir como “olor fragante” no ocurre por accidente. Es una decisión diaria: revisar nuestras actitudes, palabras, intenciones y respuestas. Pedir al Espíritu Santo que nos muestre si hay algo que necesita ser purificado en nosotros.
“ que se agrade Dios cuando se incline a oler el aroma de tu vida.”
— Heidaly Del Rosario
Ese debe ser nuestro deseo más profundo: agradar a Dios, no solo con nuestras oraciones, sino con nuestra manera de vivir.
No Se Trata de Perfección, Sino de Proceso
«No puedo decir que lo haya logrado aún». Estas palabras reflejan humildad y verdad. Ninguno de nosotros ha alcanzado la perfección, pero eso no puede detenernos. Cada día es una nueva oportunidad para vivir con intención, avanzar en santidad y buscar parecerse más a Jesús.
El objetivo no es lucir perfectos, sino tener un corazón dispuesto, sensible y rendido a Dios.
Un Perfume Que Impacta a Otros
Cuando vives como olor fragante, no solo tocas el corazón de Dios, también impactas a quienes te rodean. Tu testimonio se vuelve sanidad, guía y revelación para otros. Eres luz que perfuma el camino de otros hacia Cristo.