Un Corazón Incondicional

“Y murió Elímelec, marido de Noemí, y quedó ella con sus dos hijos, los cuales tomaron para sí mujeres moabitas; el nombre de una era Orfa, y el nombre de la otra, Rut… Y murieron también los dos, Mahlón y Quelión… Entonces se levantó con sus nueras, y regresó de los campos de Moab; porque oyó… que Jehová había visitado a su pueblo para darles pan.”
— Rut 1:3-6
Lealtad en el valle
Cuando Noemí quedó sin esposo y sin hijos, sintió que ya no tenía nada que ofrecer. En su tristeza, liberó a sus nueras del compromiso de seguir con ella. Era un gesto comprensible: cada una podía regresar a su pueblo y rehacer su vida. Orfa aceptó y se despidió con lágrimas. Pero Rut hizo algo inesperado: se aferró a su suegra con un corazón decidido, incondicional.
No fue una decisión lógica ni fácil. Rut no tenía garantías de lo que encontraría en el camino. Solo tenía una certeza: no dejaría sola a Noemí. Ese amor leal, ese compromiso firme, marcó su destino… y el de generaciones enteras.
Un pacto sin condiciones
La decisión de Rut fue más que un gesto de amor familiar. Fue una declaración de fe. Eligió seguir a Noemí, pero sobre todo, eligió seguir al Dios de Noemí. Y ese paso la posicionó para ser parte del linaje de Jesús.
Tal vez hoy no sabes qué hay al otro lado de la decisión que Dios te está pidiendo tomar. Quizás sientes ansiedad, dudas o temor. Rut también los tenía. Pero su amor y compromiso la llevaron a caminar tras alguien que representaba para ella propósito, cobertura y fe.
Tú no estás siguiendo a una suegra, ni a una figura humana. Estás siguiendo al Todopoderoso, al Dios de los ejércitos, al Padre que cumple promesas. ¿No es suficiente razón para seguir caminando, aun sin saberlo todo?
“Dios nos dará algo mejor de lo que esperamos o imaginamos.”
Cuando no tienes todas las respuestas
Lo que parecía una historia de pérdida, Dios la convirtió en una historia de linaje, esperanza y redención eterna.
“Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis.”
— Jeremías 29:11
Un amor que trasciende
El mundo celebra los corazones convenientes. Dios honra los corazones incondicionales. Y cuando entregas tu vida a Él sin reservas, cuando decides seguirle más allá de lo lógico, Él te introduce en Su historia.
Puede que ahora no veas el fruto, pero Él te está guiando hacia promesas mayores que las que puedes visualizar hoy.
“Pero, como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman.”
— 1 Corintios 2:9
Una oración sincera
Señor,
Hoy quiero presentarte mi corazón y decirte que deseo seguirte sin condiciones. Ayúdame a no tener un amor débil o dependiente de lo que entiendo, sino una fe firme como la de Rut. Que mi confianza en Ti no se apague ante lo desconocido. Guíame con tu mano, y fortalece mi decisión de seguirte, sabiendo que tus planes son siempre mejores que los míos.
Hazme leal, firme y constante.
En el nombre de Jesús,