Una Túnica como Señal

Marcado por el Favor del Padre
«Y amaba Israel a José más que a todos sus hijos, porque lo había tenido en su vejez; y le hizo una túnica de diversos colores. Y viendo sus hermanos que su padre lo amaba más que a todos sus hermanos, le aborrecían, y no podían hablarle pacíficamente.»
— Génesis 37:3-4
Desde el principio, la Palabra nos muestra que José fue amado de una manera especial por su padre, y esa diferencia fue simbolizada en una túnica de colores. Para sus hermanos, esa túnica no era solo una prenda; era una evidencia visible de que José portaba algo que ellos no. Y eso despertó envidia y rechazo.
¿Y Si Tú Eres José?
Ponte en su lugar. Tal vez Dios también ha puesto una «túnica» sobre ti: dones, talentos, un llamado, una gracia particular. Y aunque no hay orgullo en tu corazón, otros pueden reaccionar con resistencia, críticas o envidia. A veces, eso viene del enemigo directamente, usando personas o circunstancias para atacar el propósito que portas.
«Sucedió, pues, que cuando llegó José a sus hermanos, ellos quitaron a José su túnica, la túnica de colores que tenía sobre sí.»
— Génesis 37:23
El enemigo no está tras lo que vistes por fuera, sino por lo que portas por dentro. Intenta arrancarte la identidad, el llamado y la gracia que Dios ha puesto sobre ti.
Una Túnica Manchada, un Propósito Intacto
«Entonces tomaron ellos la túnica de José, y degollaron un cabrito de las cabras, y tiñeron la túnica con la sangre…»
— Génesis 37:31
Como no pudieron matar a José, tomaron su túnica para destruirla y engañar a su padre. Pero lo que no sabían era que esa túnica no era la fuente del favor de Dios, sino solo un símbolo. El propósito seguía vivo.
Dios había puesto sueños en José, y aunque intentaron borrar su identidad, no pudieron apagar lo que Dios había determinado.
La Túnica Puede Cambiar, Pero el Propósito Permanece
La túnica puede ser arrancada, ensangrentada, incluso despreciada… pero el propósito que Dios ha puesto sobre ti no se puede detener. Si hoy sientes oposición por causa del favor de Dios en tu vida, recuerda esto: la túnica puede cambiar, pero el sueño sigue intacto.