Usa tu Posición para Preservación

La Promoción No es el Final, Es el Comienzo del Propósito
«José tenía treinta años cuando fue presentado ante el faraón, rey de Egipto… Recogió trigo en tal cantidad, como la arena del mar, tanto que no se podía contar…»
— Génesis 41:46-49
José no llegó al palacio solo para disfrutar del poder, llegó para preservar vida. La posición a la que Dios lo llevó no fue una recompensa vacía, sino una asignación con propósito eterno.
Formado para Servir, No para Reinar Solo
Todo el proceso —la traición, la esclavitud, la cárcel— lo preparó para ser un líder que bendijera a otros. José nunca se desenfocó. Entendía quién era, y por eso, no dejó que las circunstancias definieran su identidad.
En cada etapa, José trabajó con excelencia, y Dios lo puso por cabeza y no por cola. Pero su grandeza nunca le robó la humildad, porque sabía que todo venía de Dios.
Fiel en lo Poco, Digno en lo Mucho
José fue fiel como sirviente, prisionero y administrador. Y cuando llegó al palacio, no buscó venganza ni honor, sino bendecir. Preservó naciones, alimentó pueblos y sostuvo a la misma familia que lo rechazó.
«El que es fiel en lo muy poco, también en lo más es fiel…»
— Lucas 16:10
Tú También Tienes una Asignación
Si hoy estás en una posición de influencia —grande o pequeña— recuerda: no es para tu gloria, sino para la de Dios. Que tu vida sea un canal de bendición, restauración, y perdón. Y cuando el orgullo quiera ocupar espacio en tu corazón, recuerda: todo lo que eres y tienes, es por gracia.
«Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas.»
— Romanos 11:36
La Prisión No Define Tu Propósito
Hoy, tal vez te sientas como en una cárcel: limitado(a), incomprendido(a), esperando una salida. Pero recuerda: si Dios está contigo, ni la cárcel puede frenar lo que Él ha dicho.
Tu destino no es ese lugar oscuro. Tu destino es el cumplimiento del sueño. Tu destino es el palacio.
Y cuando llegue ese día, cuando parezca que todo cambió de un momento a otro, entenderás que cada lágrima, cada espera y cada proceso fueron parte de un plan eterno. El mismo Dios que estuvo contigo en la cisterna, en la casa de Potifar y en la cárcel, será quien te vista con lino fino y te coloque en el lugar donde Su propósito brillará sobre tu vida.
Porque Dios no solo te libra… también te posiciona. Y lo que soñó contigo desde antes de formarte, lo cumplirá.